Juanjo Martín

Hay imagenes persistentes en la memoria. Para mi una de ellas son las plataformas que pude contemplar hace ya algunos años, en una mañana de invierno en una zona poco accesible de Lagunilla. Se trataba de catorce nidos de buitre de unos dos metros de diámetro sobre madroños que levantaban poco más de metro y medio sobre el suelo. Los buitres habitaban esos nidos mientras tuvieron comida, pero luego, al poco tiempo cuando les faltó, migraron a la zona de batuecas.
He querido volver sobre esta imagen e imitar la naturaleza para construir, entrelazando ramas de diferentes arbo-les, castaños, robles, pinos y olivos, una de aquellas superficies sobre un tronco. El resultado es una urdimbre donde todo está conectado y se hace espacio habitable. Este entretejido también construye una red. Es quizás, en otro orden de lectura, un cúmulo de nodos, esa red social que habitamos, que nos atrapa y de la cual no po-demos migrar.